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Comunicándote con tu loro: Lenguaje corporal
#1
Tener un loro bien atendido va mucho más allá de atender su alimentación, necesidades de espacio, de juego, etc… Aprender a comunicarte con tu loro, empezando por comprender los mensajes que transmiten, será el primer paso para cualquier propietario que quiera establecer una buena relación con él. De todos es conocida la capacidad para “hablar” de nuestros loros, no obstante, es sólo en casos muy puntuales en los que utilizarán algunas palabras aprendidas para comunicarse con nosotros en un contexto y significado determinado, por lo que se hace imprescindible aprender a interpretar su manera natural de comunicación, principalmente su lenguaje corporal y sus vocalizaciones naturales.

Conozco algunos casos en los que los propietarios saben interpretar casi a la perfección el lenguaje “natural” de sus loros (saben lo que sus loros les quieren manifestar), no obstante, son incapaces de hacerse entender por ellos, son incapaces de hacerles entender qué es lo que ellos, como propietarios, quieren de sus loros… Utilizar técnicas de adiestramiento puede ser quizás la mejor manera de intentar comunicarse con ellos y hacerse entender, pero para eso, insisto, lo principal será antes, aprender a interpretarlos a ellos para poder respetarlos en todo momento. La mayoría de los picotazos que cualquier cuidador de loros recibe son fruto de errores en la interpretación de sus mensajes o lo que es peor, por haberlos ignorado. Ya sea por desconocimiento o por indiferencia. Picar, como ejemplo más visual de manifestación corporal en un loro, será casi siempre una conducta defensiva y rara vez una ofensiva aunque, y como de costumbre, nos empeñemos en malinterpretar la realidad. (Un loro que pica no es un loro agresivo, es casi sin ninguna duda, un loro incomprendido, un loro al que no respetamos los mensajes que nos lanza).

Amazona de frente azul o aestiva aestiva

Lenguaje corporal
En la naturaleza, a menudo el lenguaje corporal sigue las mismas pautas para muchas de las especies, aunque se tratara de algunas tan dispares como aves y mamíferos, pero a veces nos cuesta interpretarlos en función de la familiaridad que tengamos con una u otra especie.

Es una manera fácil y rápida (más para ellos que para nosotros) de mostrar sus intenciones a un tercero, sin necesidad de acercarse, es algo que pueden manifestar a distancia antes de que se produzca un acercamiento, para que, si se produce, el otro sepa a qué atenerse. Lo mismo ocurre cuando viven entre nosotros, y por eso es importante aprender a interpretarlo.

Intentaremos entonces describir los más frecuentes y sus significados, aunque para su correcta interpretación habrá que fijarse en el resto de manifestaciones que la acompañan ya que en función de éstas, mostrará uno u otro significado. Es frecuente afirmar categóricamente que uno u otro comportamiento significa única y exclusivamente una sola cosa, en lo cual no estoy para nada de acuerdo e intentaré demostrarlo con algunos ejemplos.

Guacamayo azul o ara araraunaDilatación de las pupilas
O como dice Myriam (le hacen los ojos “chiribitas”) acompañado normalmente de una cola abierta, en abanico, serán un signo claro de excitación. Si va acompañado de una postura ofensiva, hacia adelante, aunque con la cabeza bien erguida, es un signo claramente agresivo, es bastante posible que tu loro te esté diciendo: “Eh, aléjate o te llevarás un buen picotazo!”. Suelen además levantar las plumas de la nuca y/o colocar sus alas (en realidad los “hombros”) en forma de corazón en una postura erguida. No obstante, estos signos no siempre son síntomas de una agresión anunciada. Trucha uno de nuestros amazonas, por ejemplo, dilata sus pupilas, abre su cola y ahueca sus plumas, pero adopta una postura distinta, con su cabeza hacia arriba, ligeramente inclinada hacia detrás cuando, estando en tu mano, le dices algo bonito, la besas, etc… Esta excitación se ha de entender como positiva y no alerta de una agresión, sino de un “subidón” de alegría. Algo parecido hacen nuestros Eclectus y Araraunas, dilatan sus pupilas, incluso de manera “chispeante”, justo antes de hablar, si tu acercamiento les resulta satisfactorio, y de nuevo no hay que interpretarlos como una señal para que te alejes, sino todo lo contrario…Es bien cierto, que cualquier signo que muestre excitación en tus loros, aun siendo positiva y de acercamiento, puede derivar en una agresión, generalmente desplazada, por una hiperexcitación si no se sabe gestionar adecuadamente.

Sonidos con el pico
Hay dos manifestaciones típicas de sonidos que hacen con sus picos que tienen además dos significados bien distintos. Uno es el “chasquido”, seguramente ayudados de sus lenguas, que es un signo de advertencia, de agresión, siempre que lo haga a lo largo del día, generalmente ante el acercamiento de alguien, muy frecuente en Yacos, por ejemplo. Es un signo de defensa de territorio y por tanto no será un buen momento para introducir tu mano si lo quisieras manejar. Por el contrario, cuando un loro está relajado y/o se dispone a dormir, es frecuente que hagan también “chasquidos” con su pico, esta vez, y generalmente serán más suaves, e irán intercalados con “rascados” o “chirridos” que son síntomas de un loro feliz y seguro que se dispone a dormir, y por tanto, nada tendrán que ver con una conducta agresiva. Esta vez, aunque habrá que intentar respetar estos momentos de relax, si hubiera que manejarlos, se podrán hacer sin ningún miedo a recibir un picotazo, ya que tu loro te está mostrando signos de confianza.

Hablando de picos, es frecuente observar como restriegan sus picos contra las perchas o cualquier otro objeto, es un signo de bienestar y es producto de su intención de mantener en buen estado el mismo. Habitual después de comer, para eliminar posibles restos de comida y habitual para garantizar el buen estado del mismo, manteniéndolo romo. A veces, y solo a veces, si el restregado del pico se produce de una manera muy frenética y junto a signos de hiperexcitabilidad, puede ser indicio de conducta agresiva preparando su pico para una posible defensa, pero por eso insisto, en observar todo el conjunto de signos que nuestro loro nos lanza para poder hacer una buena interpretación de su mensaje.

Un comportamiento que he observado en varias especies pero especialmente en Eclectus, es manifestar rechazo o negación hacia algo que le ofreces apartándolo literalmente con su pico, de manera que si le ofreces la mano y por la razón que fuera no quisiera subirse, alguno puede coger tus dedos (suavemente) con su pico, y “muy amablemente” apartarlos hacia un lado o hacia el frente. Está diciendo claramente: ”No quiero subirme!” o “No me apetece ahora esto que me ofreces” en función de cada caso.

Amazona de frente azulAhuecamiento y apelmazamiento de las plumas
De nuevo, en función de cómo ahuequen o ericen las plumas de las diferentes partes del cuerpo, nos informarán de una u otra cosa. Generalmente si erizan las plumas de la cabeza y/o nuca junto con signos de excitación como los ya mencionados, es probable que manifieste una conducta agresiva, no obstante, el erizado o ahuecamiento de las plumas de la cabeza o nuca, pero también de las corporales, muestran un estado de relajación y bienestar en el loro que puede reflejar un estado receptivo a la interacción, puesto que se manifiesta a gusto en tu presencia. No habrá que confundir ésto con lo que denominamos “embolamiento”. Un animal “embolado” es aquel que mantiene sus plumas ahuecadas durante mucho tiempo, sin presentar apenas signos de actividad, como señal de que algono va bien, suele ir unido a largos tiempos de sueño e incluso ojos entornados, por lo que habrá que acudir a un veterinario para averiguar el por qué de su malestar.

A menudo, un ahuecamiento de las plumas de la cabeza y/o del cuello, acompañado de un ofrecimiento de la cabeza inclinada hacia ti, es signo de demanda de caricias, es sin duda el mejor momento para acariciarlo!!, y como veis para nada significa agresión.

Sin embargo, el levantamiento de las plumas de la espalda (como cuando los gatos erizan el lomo) independientemente de si levanta o no el resto de plumas (a veces se erizan también el resto de las corporales, o incluso las de la cabeza…pero no necesariamente) es un aviso “nada amistoso” que marca una distancia necesaria para no poner en peligro ni tus dedos ni al inocente loro que se acerca a éstos como ocurre muy claramente en casa con nuestros Eclectus, que se transforman en auténticas “pelotas con cabeza”!!!.

Hembra de Loro Eclectus

El ahuecamiento de las plumas además, si va acompañado de otros signos como las alas caídas ligeramente extendidas, tras una ducha no es otra cosa que su sistema natural para favorecer el secado de sus plumas.

Por el contrario, cuando un loro pega todas sus plumas al cuerpo, bien apelmazadas, es una señal de alerta, normalmente presenta una postura erguida y suele manifestarlo ante la intromisión de algo o alguien nuevo y/o en situaciones en las que el loro tiene cierto grado de desconfianza y/o miedo. Es algo que no se suele tener en cuenta, cuando por ejemplo, recibimos visita en casa y queremos a toda costa que nuestro invitado pose para una fantástica fotografía con nuestro loro posado en la mano. Si nuestro loro se muestra así habrá que optar por una presentación amistosa previa a ser manipulado por un extraño para, por un lado, no “forzar” al animal y por otro y en el peor de los casos, no “obsequiar” a nuestros invitados con un gratuito, pero natural picotazo.

Balanceo de la cola
Las plumas de la cola, pueden moverse en dos planos: horizontal y vertical, y en función de éste, tendremos que interpretar dichos movimientos de manera diferente. Es frecuente observar, como, mientras hablan, por ejemplo, o incluso cuando gritan, a veces menean su cola de arriba abajo, y es un signo normal que no denota ningún problema. Otra cosa es que lo observemos en reposo, balanceando su cola en este plano vertical, ya que puede suponer un indicio de problemas respiratorios y por tanto habría que acudir a nuestro veterinario.

Mover la cola, como si la estuvieran sacudiendo de un lado al otro, es decir, en el plano horizontal, es un signo saludable, de bienestar y yo diría que hasta de felicidad. Es frecuente observarlo por ejemplo, cuando lo has estado manejando durante algún tiempo y lo devuelves a su percha. Si lo hace acto seguido, la experiencia le ha resultado placentera y está dispuesto/a a una siguiente manipulación/interacción. Con este tipo de movimientos horizontales, hay que tener cierto cuidado, no obstante, para no confundir comportamientos puramente sexuales que en cualquier caso, y a diferencia de una sacudida de alegría convencional, no deberíamos insistir en la manipulación para no provocar una frustración que pueda derivar en una agresión.


Guacamayo JacintoMacho de Loro EclectusPosturas alares
Las alas, muestran también en muchos casos una información muy valiosa. Para algunas especies, como guacamayos y algunas cacatúas, extender sus alas hacia arriba, bien estiradas y mantenidas en esa posición es un signo claro de amenaza, que normalmente irá unido a otros displays agresivos (erección de la cresta en el caso de las cacatúas, dilatación de pupilas, pico abierto, etc…) lo que nos indicará que no es un buen momento para el acercamiento.

Encontrar las alas hacia abajo, descolgadas, puede indicar varias situaciones, pero en general denotan relajación a no ser que permanezcan demasiado tiempo, puesto que podría ser un signo de debilidad que habría que vigilar. Y el extremo podemos encontrarlo en algunas hembras, que agacharan sus alas con un ligero temblor como signo de sumisión con carácter sexual y que por tanto no deberíamos fomentar interactuando en ese momento…

Existe una posición muy frecuente en la mayoría de los loros, pero especialmente en eclectus, amazonas, cacatúas y guacamayos (o al menos, de manera más exagerada) que denominados “posición de ruego”: el loro, se posicionará ligeramente inclinado (en algunos, de ligeramente nada, más bien extremadamente tumbados!!) con la cabeza adelantada y sus alas ligeramente entreabiertas, con un ligero y suave aleteo incompleto mirando hacia un punto en concreto que denota claramente “Quiero eso, dame!!!” o “Quiero ir allí” y lo mostrarán no solo cuando quieran algo en concreto (fijaros donde se fija el loro en ese momento), o quieran ir a un lugar determinado, sino también cuando quieran demandar tu atención o contacto. (Esto lo observamos mucho cuando estamos interactuando con alguno de nuestros loros en concreto, y hay otro que “celosamente” requiere de ese contacto).

Una postura típicamente de ruego también, pero en Guacamayos (grandes y pequeños) es permanecer colgados de su pico, con sus patas estiradas hacia abajo (a menudo una cogiendo la otra, o incluso cogiéndose la cola) y con sus alas con el típico vaivén de entre abrir y cerrar. Lo harán igualmente colgados de la reja de sus jaulas, o de cualquier otro punto que les permita hacerlo. Es un buen momento entonces para provocar un acercamiento al guacamayo.

Ver a un loro aletear, aunque aparentemente carezca de sentido, será siempre un signo positivo, como juego y para ejercitarse y liberar energías o incluso para colocar plumas mal posicionadas (del mismo modo hacen con sus plumas corporales). No obstante en ocasiones aleteos continuados pueden indicar malestar o miedo en alguna circunstancia determinada que habrá que evaluar.


Estiramientos
Existen varias maneras con las que los loros producen estiramientos de sus extremidades, del mismo modo en que nosotros nos desperezamos estirando nuestros brazos hacia arriba. Fundamentalmente, observaremos estirar al mismo tiempo el ala y la pata del mismo lado hacia abajo, desde su percha o ambas alas hacia arriba, subiendo sus hombros en paralelo. En cualquier caso son síntomas saludables y totalmente normales.

Acicalamiento
En un loro saludable es frecuente ver como se arregla el plumaje, pero también la piel de sus patas e incluso las uñas, con su pico y es frecuente que esta práctica la hagan mutuamente entre dos ejemplares o incluso que tu loro quiera acicalar tus cabellos o tu barba (bueno, el que la tenga, claro) y será siempre un síntoma de una buena relación el que nuestro loro lo quiera hacer con nosotros y por tanto nosotros deberíamos corresponderle de igual manera, especialmente en aquellas zonas, como la cabeza, en la que ellos solos no son capaces de llegar con sus picos, ayudándoles a abrir suavemente los cañones de sus plumas nuevas. Un loro en el que observamos que apenas se acicala nos está informando involuntariamente de que algo no va bien, así que habrá que prestar especial atención si observamos que descuida algo tan crucial para un ave como lo es, el mantenimiento de su plumaje.


Hembra de Loro Eclectus ladeando la cabezaMovimientos con la cabeza
A veces observamos a algunos loros, muy habitual en grises, pero también el resto, como si dijeran repetidas veces SI con la cabeza, de arriba abajo, será señal de saludo y disponibilidad para interactuar, y por el contrario podemos observar también con cierta frecuencia, como ante el ofrecimiento de algo nuevo, generalmente algún alimento, sacuden la cabeza hacia ambos lados, muy rápidamente (como dijeran un NO frenético) que mostrará disgusto o rechazo hacia eso que le ofrecemos. Por tanto insistir en el ofrecimiento cuando observamos esto es cometer un error. Será siempre mejor esperar a otro momento, o cambiar su presentación para que finalmente sea aceptado.

Es muy típico observar como el loro, estira su cuello y ladea su cabeza (sin levantar sus plumas) para observar con un solo ojo algo en concreto. Fijaros en que no observan todo con ambos ojos, si lo hace con uno solo, ladeando la cabeza, es que aquello a lo que observan les despierta especial atención, generalmente despertando interés en ellos, pero también cuando detectan un peligro potencial, por ejemplo, una rapaz recortada contra el cielo…

Dentro de los movimientos con la cabeza podemos englobar el ofrecimiento de la misma. Un loro que ofrece su cabeza con su pico agachado, generalmente acompañado de un esponjamiento de sus plumas es una invitación directa a ser acariciado, demanda muestras de cariño que deberíamos responder, pero deberemos tener cuidado con los “loros traicioneros” como comentaremos al final del artículo.

Picoteo frenético de los pichones
Es totalmente normal que cuando recibimos un pichón, pero a veces incluso un loro adulto con el que recién interactuamos, recibamos unos “pellizquitos” con su pico, incesantes a veces, pero sin una intención clara de hacernos daño (aunque así lo hicieran). Esto es parte de la exploración normal con su pico hasta que va aprendiendo a controlar ese “impulso exploratorio” y formará parte también de una forma de juego, a veces incómoda, pero inofensiva que hay que ir reconduciendo poco a poco para no fomentar el abuso de la fuerza, especialmente importante en el caso de algunos guacamayos, por ejemplo.


Guacamayo azul ofreciéndo la pataSus patas también “hablan”
Ofrecer una de sus patas con los dedos extendidos, puede tener significados totalmente contradictorios en función, como ya he dicho, del resto de signos que despliegue. Un loro habituado a subir a la mano ofrecerá su pata, levantándola cuando pasas cerca diciéndote “quiero ir contigo, quiero que me ofrezcas la mano!” si además presenta una posición adelantada de su cuerpo o un ligero bamboleo con su cabeza, pero puede ser un claro “Stop! Estás sobrepasando los límites tolerados por mí!! Hasta aquí puedes llegar” si va acompañado de una posición defensiva, ligeramente retraída. (De nuevo, aparentemente un mismo comportamiento puede significar dos cosas bien contrarias en función del resto de señales acompañantes).

Algunas especies, golpean con alguna de sus patas sobre la percha ante nuestra presencia, suele tener su origen en comportamientos de cortejo y defensa del territorio con los que “nos invitan amablemente a dejarles tranquilos”…

Es frecuente también, observar cómo el loro se “auto acaricia” con sus patas en nuestra presencia. Introduce suavemente sus dedos bajo las plumas de la cabeza, cuello y nuca principalmente como signo inequívoco de demanda de cariño en forma de contacto directo, de caricias. Es una imagen sin duda, tierna y que de nuevo es importante aprender a identificar para satisfacer sus necesidades afectivas.

Movimientos de la lengua
A veces, especialmente en algunas especies como cacatúas y guacamayos, podemos ver como mueven rápidamente su lengua dentro de su pico, en ocasiones incluso golpeando arriba y abajo y podemos interpretarlo como una señal de excitación amistosa, una invitación a interactuar y que deberíamos aprovechar, por supuesto!

Regurgitación
Un loro puede regurgitar su comida a cualquier persona (a veces lo hacen con su juguete o percha favorita) como señal de seguridad y aceptación como compañero, como amigo, no necesariamente con connotaciones sexuales, aunque de fomentarlo, es posible que en un futuro pueda tenerlas y al no verse correspondidas puede provocar de nuevo, situaciones frustrantes. En cualquier caso será siempre una señal de afecto.

Marcha hacia algo
Cuando un loro se dirige rápidamente caminando hacia algo o alguien, de nuevo puede tener dos significados contrarios en función de la postura con la que avance: si lo hace con la cabeza agachada, adelantada y generalmente acompañada de dilatación de pupilas y erizado de sus plumas indicará una clara manifestación de intención agresiva (en este caso más vale que te quites de su alcance!!!) pero si lo hace con una postura erguida, con la cabeza bien alta, y generalmente su marcha se intercala con pequeños saltos, casi con tropiezos es un signo claro de interés positivo, tiene ganas de interacción y juego contigo

Volteo sobre la espalda
A la mayoría de los loros no les gusta normalmente colocarse “panza arriba”. Si observamos este comportamiento alguna vez, acompañado de sus patas extendidas hacia arriba y su pico abierto, preparado para picar, es que hemos forzado una situación de amenaza extrema, más vale que no forcemos más la situación si no queremos recibir un merecido picotazo y si no queremos mantener un estado muy poco agradable para nuestro loro. Pero ésto, que es muy frecuente en especies americanas, puede suponer también un comportamiento natural de descanso en muchos pichones, a menudo con su cabeza ladeada, casi como si tuvieran el cuello roto!! Sin que tenga una connotación agresiva, más bien todo lo contrario o incluso como forma de manifestar su ganas de juego con nosotros. En casa al que más le gusta hacer esto a es a Zipi, nuestro Lori arcoíris, que no se cansa nunca de jugar, ya sea “pico-arriba”, “pico-abajo” o como sea!!!

Cacatua de la Palmera

Erizado de la cresta
Las cacatúas manifiestan sus estados de excitación levantando las plumas de su cresta. Pero esto no ha de interpretarse como algo negativo necesariamente. La excitación puede conducir, indicar, situaciones bien opuestas y de nuevo deberemos fijarnos en el resto de comportamientos exhibidos con ese despliegue de su cresta, para saber si es una postura defensiva o le alegra y le excita mucho nuestra presencia, y a estas alturas del artículo, ya deberíamos saber interpretarlo, verdad? Guiño

A modo de colación
Está claro que los loros manifiestan sus estados y sus intenciones con su lenguaje corporal, en la mayoría de los casos opera un fuerte componente instintivo, pero también tiene importancia el componente aprendido, generalmente de otros loros, e idealmente de sus progenitores. No suele haber mensajes equívocos sino interpretaciones mal hechas, no obstante y debido a esa gran capacidad de aprendizaje e inteligencia es muy fácil observar como algunos loros “manipulan” su lenguaje corporal para su propio beneficio y por eso es fácil encontrarse con el típico loro “traicionero” que ofrece su cabeza para ser acariciado y el resultado es un tremendo picotazo! En estos casos, el loro ofrece su cabeza para tener a su alcance tus dedos y poder picarlos (esa es su verdadera intención ya que se le ha reforzado involuntariamente: le encanta ver las reacciones que tenemos cuando nos pican!!!, les parecen divertidísimas!!). A menudo los propietarios de estos loros nos advierten y por supuesto que hay que creerles. Estos mismos propietarios aseguran que lo hacen “según les da”, pero lo que pasa es que no alcanzan a interpretar y distinguir el resto de señales que lo acompañan para diferenciar cuando el loro lleva o no “malas” intenciones, y créanme cuando les digo, que puedes aprender a distinguirlas observando sus ojos, por ejemplo… Estoy convencido de que se quedan en el tintero muchos comportamientos de su lenguaje corporal por tratar, igual que lo estoy de que dedicar un buen tiempo a la observación de nuestros loros nos ayudará a comprenderlos.

Texto: Ángel Nuevo de Ekkies Parrots
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