Pajaro Silvestre

Versión completa: Egagrópila
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Las egagrópilas se consideran un mecanismo de defensa del organismo para poder expulsar
restos indigeribles de la comida (plumas, algunos huesos, cereal del buche de las presas,
exoesqueletos de insectos, escamas de peces…).
La dieta de las rapaces debe incluir plumas y huesos, tal y como ocurre en sus congéneres
silvestres. Antes de recibir una nueva comida, el ave debe haber expulsado la egagrópila.
Algunas rehusarán comer, si no han regurgitado la egagrópila previamente. Si el día anterior
hemos administrado mucha cantidad de restos indigeribles, es preferible dejar a la rapaz sin
caperuza, o con una caperuza muy amplia, para permitir el paso de la egagrópila.
No des piel, plumas ni huesos a aves debilitadas o deshidratadas ya que suelen estar débiles y
haremos que se complique la digestión de la comida. En estos casos, administraremos alimento
“magro” (pecho de codorniz…) o incluso pollitos de un día pelados, sin cabeza y sin patas pero
manteniendo todo su vitelo (la yema amarilla de su interior).
Si la egagrópila pasa demasiado tiempo en el tracto digestivo, puede haber un peligroso
aumento de la población bacteriana, incluso producción de toxinas que podrían matar al ave.