Pajaro Silvestre

Versión completa: LA MIRADA EN LAS AVES
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Seguro que si te gusta la observación de aves, más de una vez te habrás preguntado si a ellas les importa ser objeto de tus indiscretas miradas. Pues bien, parece que sí les importa; de hecho, no les gusta nada la mirada humana. una investigación ha demostrado que las aves no permanecen impasibles ante la forma de un ojo humano. Ocurre que para un pájaro, saber si le están observando puede resultar esencial de cara a su supervivencia.
Si alguna vez hemos observado algún pájaro, nos preguntaremos  por que siempre se mantienen lejos de la  mirada de una persona o en su defecto por que se muestran tan inquietos cuando se sienten observados directamente.

Incluso entre  las que se encuentran en cautividad , suelen defecar de miedo ante la mirada de su propio cuidador.

También se ha comprobado  que si se orientaba la cabeza hacia las aves , estas se alejaban a una prudente distancia; pero si el mismo individuo apuntaba el rostro en la misma dirección, esta vez con una venda puesta sobre los ojos, las aves volvían a recuperar la confianza.

Esto sugiere que dichas aves tienen la capacidad de percibir con precisión la forma de los ojos humanos y sus movimientos
¿Cómo entender semejantes reacciones? Posiblemente este  comportamiento viene motivado por razones de pura supervivencia. Entre las aves, las miradas directas poseen un valor estratégico, ya que las aves de rapiña tienden a orientar la cabeza y mirar fijo a sus presas mientras las atacan; de ahí que una mirada directa pueda significar un peligro inminente.
Ya se conocían varios de los signos de alarma manejados por las aves para evaluar el peligro planteado por un predador, desde la aparición en el cielo de un ave de presa hasta el revoloteo de otros pájaros o el olor de un hurón; se ha documentado incluso cómo reconocen a la distancia la silueta de un halcón. Al repertorio se añade ahora la orientación de la cabeza y la mirada del posible enemigo.
Eso lo he comprobado yo con éste jilguero, nada les aterra más que una mirada directa, hasta que te cogen la confianza y aún asi les incomoda y no se sienten tan agusto como si no les miras directamente.

Buen artículo.